Se trata de una vivienda típica valenciana de los pueblos de L’Horta, que se organizaba a lo largo de un ancho pasillo central que permitía el acceso al carro. La primera planta se dedicaba a habitaciones y tenía también una cocina, donde está el servicio. Por otra parte encontramos la andana que funcionaba como secadero de tabaco, cacahuetes o todo tipo de forrajes. Por último, subiendo una escalera, se encuentra una torre Miramar.

Este edificio fue elegido como emplazamiento para la casa de cultura tanto por su singularidad como por su necesidad de conservarlo, ya que se trata de un edificio histórico del S.XIX.